El valor de la libertad financiera

El ahorro es una buena señal de la salud de una economía y además proporciona a los particulares y empresas una mayor libertad financiera. Los años más intensos de la crisis generaron una gran incertidumbre respecto al futuro y se instaló en nuestro país una cultura más ahorradora, incluso con menos recursos disponibles, pero parece que esta práctica la estamos perdiendo. Según las previsiones del instituto Funcas terminaremos el año 2017 con un nivel de ahorro inferior al de los dos últimos años, y esta tendencia parece consolidarse.

Aunque la mejora de las expectativas y el aumento de la demanda interna son buenos indicativos de crecimiento sería preocupante volver a las costumbres de los años previos a la crisis cuando una parte significativa de las compras se financiaba gracias al crédito. La paulatina mejora de las condiciones puede reactivar estos síntomas pero ya conocemos las consecuencias de una excesiva dependencia del crédito a la hora de mantener los niveles de consumo. Los equilibrios se rompen si no hay margen de maniobra.

¿Qué promueve el ahorro?

El ahorro es vital para alcanzar un mayor grado de independencia financiera. Son dos los aspectos clave:

  • Por un lado está la seguridad, basada en la confianza que proporciona disponer de liquidez para cubrir posibles imprevistos y planificar con más tranquilidad los gastos presentes y futuros. Sin ese colchón, ante una situación delicada se actúa con prisa y esto no permite tomar las decisiones financieras con el criterio y valoración adecuado, estando expuesto a caer en clausulas abusivas.
  • La facultad de ahorrar también está directamente relacionada con la inversión. El ahorro de los ciudadanos permite la financiación de la economía con sus propios medios. Gracias a la inversión se mejora la capacidad productiva y es de suma importancia para potenciar los recursos en el futuro.

La inversión tiene un impacto más positivo cuando los inversores pueden elegir soluciones que les permitan participar activamente en la economía productiva, favoreciendo de forma directa a las pequeñas empresas y autónomos, que son los que más impulsan el crecimiento y el empleo.

Es esencial, por tanto, mejorar la educación y el compromiso en torno a las finanzas personales para que cada persona mantenga un nivel de autofinanciación suficiente, con el fin de actuar con más solvencia e invertir con mayor autonomía. Es decir, el objetivo es convertirse en consumidores e inversores más responsables.

Apostamos por un inversor responsable

En Circulantis estamos comprometidos con el inversor responsable. Aquel que cree en una economía más activa socialmente y que desea reducir sus inversiones en los grandes mercados financieros, donde abundan los productos complejos con altas dosis especulativas, elevado riesgo y, sobre todo, poca transparencia.

Por eso, ofrecemos un innovador modelo de inversión para acceder a un producto sencillo y rentable, pensado para aliviar las necesidades de liquidez de las pequeñas y medianas empresas. Los pagarés de las pymes son derechos de cobro negociables que se pueden adquirir en nuestra plataforma de crowdfactoring, diseñada para satisfacer a cualquier perfil inversor gracias a las distintas combinaciones de rentabilidad y riesgo existentes. Siempre primando un producto sólido y de alta liquidez.

Garantizar autonomía y libertad para los inversores es un requisito irrenunciable para nosotros. Además, construimos nuestra oferta en base a tres beneficios para ellos: más rentabilidad que los productos tradicionales, un riesgo más controlado que el de los mercados bursátiles y todo en un entorno sencillo y transparente.

En Circulantis creemos en una sociedad más colaborativa y consciente, y trabajamos para consolidar un modelo financiero más simple y beneficioso para todos.

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