Las empresas españolas afrontan un gran reto en 2020, como ya lo hicieron tras la crisis financiera de 2008. El desafío de hoy es recuperar la actividad tras el largo confinamiento y la incertidumbre que provoca el Covid-19.
Muchos autónomos y pymes no han podido trabajar durante varios meses, algunos aún están en fase de apertura gradual. La caída general de la demanda y las ventas amenazan su solvencia y la mayoría necesitan liquidez adicional para sobrevivir.
El crédito bancario ha sido el motor financiero de la economía española durante décadas y sigue siendo la principal salida de los empresarios para obtener financiación.
Esta dependencia es peligrosa y ya se ha generado un riesgo sistémico cuando los bancos no pueden absorber toda la demanda de crédito.
Aunque las entidades bancarias se han reforzado en estos últimos años aún tienen ajustes pendientes y se exponen demasiado en la coyuntura actual. Es probable que muchas solicitudes de las empresas no puedan ser atendidas.
Vamos a analizar cómo ha evolucionado el crédito de las entidades financieras tradicionales en España en lo que va de siglo, la situación en 2020 y las perspectivas para las pymes.
Índice del artículo
1. Base del estudio
1.1. Tipo de entidades
1.2. Tipología de las empresas en España
2. Evolución del crédito bancario
2.1. Evolución del crédito bancario para empresas
2.2. Tipos de interés y comisiones
2.3. Crédito dudoso
3. Financiación por tipo de actividades
3.1. Sector industrial
3.2. Sector de la construcción
3.3. Sector servicios
4. Acceso actual de las pymes al crédito bancario
4.1. Cambios en las condiciones de las entidades
4.2. Expectativas de las pymes en la coyuntura actual
1. Base del estudio
El estudio se centra en el volumen de crédito de las principales entidades supervisadas por el Banco de España y en particular el que se destina a las actividades productivas (crédito a empresas).
La fuente principal de información es la que publica el Banco de España en sus boletines estadísticos (apartado 4.B: “Detalle de Crédito de Entidades de Crédito y Establecimientos Financieros de Crédito EFC”)
Como horizonte temporal se toma el periodo desde el año 2000 hasta el primer trimestre de 2020.
1.1. Tipo de entidades
Siguiendo la tipología del Banco de España, el crédito analizado proviene de estas entidades:
Entidades de crédito (entidades de depósito e ICO)
Las entidades de depósito son los bancos, cajas, cooperativas de crédito y sucursales extranjeras.
Su actividad principal es la de captar fondos del público y conceder préstamos. Su facultad para captar fondos está reservada por ley y es de carácter exclusivo. Están autorizadas a su vez para realizar casi todo tipo de operaciones financieras, salvo los seguros, aunque sí pueden comercializarlos.
El Instituto de Crédito Oficial (ICO) es un banco público con naturaleza jurídica de entidad de crédito y Agencia Financiera del Estado.
Establecimientos financieros de crédito (EFC)
Son entidades privadas que pueden prestar pero no captar ni gestionar depósitos. Suelen especializarse en determinadas operaciones de financiación: créditos para consumo, tarjetas, avales, arrendamiento financiero (leasing/renting) o la gestión del crédito comercial de las empresas (factoring).
Las entidades de depósito son las que aportan prácticamente todo el crédito analizado.
Esta es la distribución de los últimos meses:
1.2. Tipología y debilidades de las empresas en España
El sector privado –empresas y hogares- es un gran demandante de financiación. La actividad productiva y de distribución, apoyada por la demanda interna y externa, es el soporte de la economía y la creación de empleo.
En este informe se analiza el crédito bancario destinado a las empresas, como entes productivos, con un apartado específico para clasificar los préstamos por sectores (según la actividad principal de cada sociedad).
Una de las debilidades reconocidas del tejido empresarial español es el reducido tamaño de las empresas.
A 1 de enero de 2019 (y poco ha cambiado) la estructura era el siguiente:
El 95% de las empresas tienen menos de 10 trabajadores y la mayoría ninguno. Esta estructura limita las posibilidades de crecimiento, de innovación y de acceso a la financiación.
La falta de músculo financiero de estos negocios les perjudica para cumplir los requisitos que exigen los bancos.
Nuestro tejido empresarial tiene una marcada tendencia pro-cíclica. La economía crece a buen ritmo en los ciclos buenos y cae demasiado en los malos. Un dato que se nota en la creación y disolución de empresas y que afecta especialmente al empleo, retroalimentando el efecto negativo.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en mayo de 2020 se crearon 3.788 sociedades mercantiles (un 55,9% menos que el mismo mes de 2019) y se disolvieron 481 entidades, aunque muchas aguantan gracias al apoyo del Estado.
2. Evolución del crédito bancario
Tradicionalmente, tanto el sector público como el privado (familias y empresas) se financian a través de la banca. Se estima que más del 80% de la demanda de crédito se cubre a través de las entidades de depósito tradicionales.
En las dos últimas décadas, en el momento de mayor auge (2008-2010), el volumen de crédito bancario suponía casi el 172% del producto interior bruto (PIB), lo que da cuenta de la gran participación de los bancos en la financiación del país.
Tras una intensa restricción, el ratio se situó en 2018 en torno al 100%, una cifra más cercana a la media de nuestros socios europeos. En 2019 siguió a la baja.
Gráfico 1:
Sin embargo, esta “bancarización” de la economía española se basa exclusivamente en el crédito porque la contribución de los servicios bancarios en términos de valor añadido y empleo es inferior al que aportan, en promedio, las entidades de la zona euro a sus respectivos países.
2.1. Evolución del crédito bancario para empresas
En lo poco que llevamos de siglo XXI ya podemos hablar de dos puntos de inflexión: la crisis financiera iniciada en 2007 y la actual crisis sanitaria que amenaza también los próximos años.
El primer punto de inflexión (2007-2008) queda bien reflejado en los datos de crédito al sector privado residente: empresas y hogares.
Hasta 2014, la proporción de crédito dirigido a las actividades productivas era más alta que la destinada a los hogares y otras organizaciones sin ánimo de lucro.
A partir de entonces se ha invertido la tendencia. En los últimos años los bancos apuestan más por el crédito destinado al consumo al considerarlo más rentable.
Gráfico 2:
Las empresas han visto reducido a casi la mitad el crédito recibido, afectadas por criterios de riesgo más duros. Esto ha obligado a los empresarios a reducir su capacidad de inversión y endeudamiento y a buscar opciones alternativas.
Estas son las fases principales de estos últimos veinte años.
Fase de Expansión
En un primer momento destaca la expansión económica y de liquidez con un incremento del crédito de un 234% entre 2000-2008. Este gran crecimiento fue impulsado, sobre todo, por las Cajas de Ahorro y estaba muy vinculado a la promoción inmobiliaria.
Crisis financiera
La crisis financiera nace en Estados Unidos en el verano de 2007 derivada de las hipotecas subprime (créditos hipotecarios con una probabilidad de impago superior a la media).
La onda expansiva de estos activos tóxicos llegó a España a finales de 2008. En ese momento la banca española parecía sólida, con buenos resultados en los test de estabilidad y solvencia.
Sin embargo, la crisis hipotecaria pronto hizo aflorar el deterioro de los activos inmobiliarios en el balance de muchas entidades, sobre todo en las Cajas.
Fase de restricción
A partir de 2011 empieza la restricción de crédito acompañada de la lógica disminución de las posiciones deudoras del sector público y privado. A nivel financiero hay tres momentos destacados:
- El rescate financiero de bancos y cajas en 2012
- La Reforma de las Cajas de Ahorro (2013) que extinguía su modelo anterior.
- La Ley de Financiación Alternativa (2015), para regular las plataformas de financiación participativa a través de capital privado y así reducir la dependencia bancaria de las empresas.
El inicio de la recuperación económica se produce en 2014 aunque la disminución de los préstamos bancarios se mantuvo.
Fase Actual (2020)
2020 empieza con un repunte de la financiación bancaria para paliar las consecuencias del desplome de la económica: el PIB cerró en España el 2º trimestre del año con una caída histórica del 18,5%, la mayor de toda la eurozona.
Por entidades, de marzo a mayo aumentó el crédito de las entidades de depósito (2,9%) y del ICO (9,7%) y bajó el de las EFC. En conjunto la subida es del 2,61%
A falta del desglose del segundo trimestre del Banco de España podemos recurrir a las estadísticas del Banco Central Europeo (BCE) basadas en el balance de las Entidades Financieras Monetarias (EFM) de la zona euro.
Estos son los datos para España de la financiación destinada a las sociedades que no tienen carácter financiero.
Aunque esta fuente estadística no es totalmente homogénea con la de este análisis sí sirven para constatar también el aumento de la financiación dirigida a las empresas/sociedades en lo que va de año.
El impulso de la financiación en Abril y Mayo es coherente con la urgencia de liquidez de muchos negocios y los avales del Estado. Junio finaliza con una leve disminución que podría ser estacional.
Gráfico 3:
La inyección de liquidez de la Unión Europea a los países más afectados por el Covid (140.000 millones para España) y la presión sobre la banca para reactivar la economía pueden mantener esta tendencia al alza.
La coyuntura actual es imprevisible y habrá que ver cómo evoluciona el crédito el resto del año.
2.2. Tipos de interés y comisiones
El margen obtenido a través del tipo de interés y las comisiones son el principal fundamento del negocio bancario. Son además dos puntos clave para las empresas a la hora de analizar el coste de la financiación.
Los tipos de interés han evolucionado a la baja. La intención de las autoridades monetarias estos años ha sido la de abaratar el dinero para impulsar el dinamismo de la economía europea.
Los datos del Banco de España reflejan la progresiva caída de tipos, actualmente por debajo del 2%, aunque este porcentaje no expresa el coste real de la financiación para las empresas.
La caída de tipos es un hándicap para la banca. Como ejemplo, el euribor (tipo de referencia hipotecaria y para préstamos interbancarios) fluctuó en Julio en valores cercanos a cero.
A pesar de que los bancos ya no remuneran los depósitos de sus clientes y de que pueden financiarse en el mercado interbancario casi sin coste han perdido bastante margen de maniobra en este segmento.
El cambio de estrategia para ganar rentabilidad era lógico: aumentar el volumen de negocio y las comisiones con la comercialización de nuevos productos y seguros, vinculándolos a la concesión de crédito.
En el periodo 2000-2019, la banca elevó los ingresos por comisiones (atendiendo a su cuenta de resultados) en un 73%. Destaca el incremento de comisiones por la comercialización de productos, que han crecido más del doble en el mismo periodo (110%).
Gráfico 4:
2.3. Crédito dudoso
Otro factor fundamental para el sector bancario es la morosidad de sus clientes. En la información que envían a su supervisor deben especificar la parte del crédito que es dudosa.
El Banco de España considera como dudosa las cantidades de capital o intereses de un préstamo que no se abonan en el vencimiento establecido. Igualmente, serían dudosos el resto de gastos de la financiación que llevan más de tres meses sin pagar.
En esta serie la cota más alta, en promedio, se registró en 2014, un 18,49%. De cada cien euros prestados casi 19 eran dudosos. En la construcción superaba los 32 euros.
Gráfico 5 (dudoso empresas):
La banca ha conseguido reducir mucho la morosidad de las empresas en los últimos años, hasta el 5,31% actual. Lo ha conseguido a costa de una mayor restricción en las condiciones de acceso a su crédito, penalizando así muchas solicitudes.
Con todo, la tasa de mora sigue por encima de la registrada en el año 2000 (1,35%), y más aún en el 2006 (solo el 0,67%).
3. Financiación por tipo de actividades
Las empresas se pueden encuadrar en tres sectores productivos según la función de su actividad en la cadena de producción y distribución.
- Sector Primario: obtiene productos primarios (no elaborados) a través de la agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca.
- Sector Secundario (industria y construcción): realiza actividades de fabricación y transformación de materias primas.
- Sector Terciario (servicios): distribución de bienes y servicios de consumo final. Incluye el comercio, hostelería, turismo y otros servicios de gestión e intermediación.
La construcción, por su importancia, se suele considerar de forma independiente.
En cuanto a los volúmenes de financiación, el sector servicios es claramente el principal destinatario (por algo es el motor de nuestra economía). Ha ido ganando participación en las últimas décadas en detrimento del resto de sectores.
Gráfico 6:
Para todo el conjunto, la financiación creció a un ritmo muy alto durante la primera década (un 235% en el período 2000-2010). El retroceso posterior fue del 46,7%.
La deuda bancaria del sector servicios es la que más ha crecido en la primera década (331%). El sector que menos financiación ha ganado hasta 2010 y el que menos ha perdido desde entonces es el primario (agricultura, ganadería y pesca).
Gráfico 7:
Después de años de caídas, 2020 empezó con un repunte en todos los sectores.
Falta por comprobar cómo afectará al resto del año el impacto del Covid y los posibles rebrotes.
3.1. Sector industrial
Las actividades industriales permiten la fabricación y transformación de materias primas para obtener bienes de mayor valor añadido.
El tejido industrial soporta mejor las crisis y genera un empleo más estable. Sin embargo, en España ha ido perdiendo peso en favor de los servicios. Actualmente aporta sobre el 15% del PIB, cuando rondaba el 30% en los años 70.
Además, su distribución territorial es muy irregular por lo que unas regiones sufren más que otras el efecto de los escenarios adversos.
La evolución del crédito destinado a actividades industriales ha sido la más estable, generando también menos morosidad. En el peor momento (2014), la deuda dudosa alcanzo el 12,79%, por algo más del 18% en los servicios y casi el 33% en la construcción.
Por actividades, la distribución está bastante equilibrada aunque destaca el incremento de la financiación destinada a la producción y distribución de energía.
Gráfico 8:
En cuanto al riesgo actual, las actividades peor situadas son secundarias. La fabricación de minerales no metálicos mantiene una deuda de 512,7 millones de euros y es dudosa el 12,6%. La categoría de “otras industrias manufactureras” tiene en duda el 9,14% de su deuda.
En el primer trimestre de 2020 el aumento de crédito al sector representa un aumento del 1,71% respecto a 2019.
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3.2. Sector de la construcción
El crecimiento de la construcción entre 2000-2010 fue del 168%, situándose en peso relativo en 2010 casi al nivel de la industria.
Al ser la rama más afectada por el estallido de la burbuja inmobiliaria también es la que sufrió una mayor caída de crédito, con un descenso de un 76,5% desde 2010.
En términos relativos el pico es enorme en el apartado de construcción de vivienda, pasando de 29.600 millones en el año 2000 a 115.642 millones en 2007. Actualmente recibe 11.318.
Gráfico 9: Evolución del crédito por actividades de construcción
En cuanto al riesgo, en el primer trimestre del año este sector mantiene el ratio más alto de todas las categorías analizadas (11,45%). En 2014, cerca de un tercio de la deuda bancaria era dudosa.
Las actividades dedicadas a la construcción de edificios superan la media de crédito dudoso del grupo con un 12,26% (1.388 millones), el resto están por debajo.
Este gráfico permite ver mejor la evolución general del sector secundario (sin la distorsión de los servicios), con la curva más acusada de la construcción.
Gráfico 10: Evolución del crédito sector secundario (industria y construcción)
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3.3. Sector servicios
El sector servicios o sector terciario suma las actividades de comercio, hostelería, turismo, transporte y otros servicios de gestión e intermediación. En la economía española es el sector principal en aportación al PIB y demanda de crédito.
El aspecto negativo es que es uno de los más afectados por las crisis. Depende mucho del consumo, tiene actividades muy estacionales y genera un empleo poco estable.
Como hemos visto, el crecimiento de la financiación recibida por el sector en la primera década fue altísimo (331%), para caer después un 46%.
Por tipo de actividades destaca el crédito dirigido al comercio y las actividades inmobiliarias que siempre han ido por delante. Todas han notado la crisis financiera pero sin cambios muy bruscos, salvo las empresas ligadas a los servicios inmobiliarios.
Gráfico 11: Evolución del crédito por actividades de servicios
Las entidades bancarias han reducido mucho la morosidad en este sector (4,86%), que llegó a alcanzar el 18,58% en 2014, solo por detrás de la construcción.
El 2020 se presenta especialmente complicado para esta rama que además concentra el mayor número de empresas.
De las 3.363.197 empresas registradas en España a 1 de enero de 2019, 741.357 pertenecían al comercio y 2.000.414 al resto de servicios, según datos del Directorio Central de Empresas (DIRCE).
En marzo, entre el comercio, la hostelería y el transporte mantenían un saldo vivo de deuda bancaria de 141.815 millones de euros (el 26% de la deuda empresarial total) y son negocios que están sufriendo mucho los efectos del Covid-19.
En el primer trimestre del año, el comercio (7,80%) y la hostelería (5,44%) mantenían una tasa de impagos más alta que la media del conjunto. La banca ahora se preocupa más por el riesgo sectorial y eso complica la posición de estos negocios.
Ranking general de actividades
Analizando el volumen de deuda del conjunto de actividades, los cinco primeros puestos corresponden a actividades de servicios (son 4 de 5 en el ranking de volumen dudoso).
En cambio, si analizamos el crédito dudoso en porcentaje cuatro de las cinco primeras posiciones pertenecen al sector de la construcción.
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4. Acceso actual de las pymes al crédito bancario
Las entidades de crédito se debaten en la actualidad entre la oportunidad de realizar nuevas operaciones de financiación y la obligación de ser prudentes para mantener controlada la morosidad.
En un comunicado a finales de Julio el Banco Central Europeo alertaba del peligro de la era Covid para la banca. El temor es que la crisis sanitaria pueda desembocar en otra crisis financiera. De hecho, ha calculado, en un escenario base, pérdidas de 53 mil millones de euros este año para los 86 mayores bancos de la eurozona.
En España, las ayudas públicas a los autónomos y pymes (ERTEs, exenciones de cuotas sociales y la prestación extraordinaria para autónomos) y el resto de ayudas sociales hacen temer que el Estado tenga dificultades para afrontar también los avales de los préstamos si la economía sigue frenada.
Todo esto en una coyuntura con tipos de interés muy bajos y poco margen de rentabilidad para las entidades.
4.1. Cambios en las condiciones de las entidades
En la encuesta trimestral que realiza el Banco de España entre las entidades bancarias sobre los factores que condicionan la aprobación de nuevos préstamos se refleja la preocupación actual por el devenir de la economía.
Este cuadro es un resumen del cambio en las condiciones generales y la percepción del riesgo:
Las cifras reflejan la diferencia entre el porcentaje de entidades que han endurecido sus condiciones menos el porcentaje de las que las han flexibilizado. Es decir, por cada categoría, un porcentaje positivo indica más endurecimiento y uno negativo más flexibilidad.
En 2019 no hubo muchas variaciones pero se mantuvieron las alertas en relación al riesgo durante todo el año y más en los dos últimos trimestres.
Esta expectativa se ha acentuado en el segundo trimestre de 2020, el primero completo de la era Covid-19, donde ya se perciben cambios más importantes en relación a los criterios de las entidades.
Las condiciones generales se han relajado (-20%), posiblemente gracias a los avales del Instituto de Crédito Oficial (ICO). Según sus datos, a 15 de julio el importe avalado alcanzó los 68.219 millones de euros cubriendo operaciones de más de 484.900 pymes.
Dentro de los factores generales, los que se endurecen son el margen que se aplica a las operaciones de más riesgo (-20%) y las garantías requeridas (-20%). Los factores flexibilizados son la cuantía de los préstamos (-30%) y el plazo de vencimiento (-40%).
El elemento que más preocupa a la banca en estos momentos es el riesgo, tanto el de la economía en general como el riesgo de empresa y sector. Hay un 40% más de entidades que han restringido sus condiciones sobre las que las han relajado debido a esos dos elementos.
4.2. Expectativas de las pymes en la coyuntura actual
En el segundo trimestre de 2020 las pymes en España han aumentando claramente sus solicitudes de financiación pero perciben más dificultades de acceso de cara a los próximos meses.
Esto es lo que recoge la última encuesta (oct 19-mar20) realizada por el Banco Central Europeo sobre el acceso a la financiación externa de las pymes en la UE (encuesta denominada SAFE)
Gráfico 12. Encuesta pymes -Estadísticas BCE-
El número de pymes españolas que solicitaron préstamos bancarios subió un 36% superando la media de la zona euro.
En el momento de la encuesta, la previsión de las empresas sobre la disponibilidad de préstamos para el tercer trimestre dibuja una caía en picado.
En el periodo de referencia solo un 5% percibieron más facilidades en su banco para obtener financiación y, por primera vez desde septiembre de 2014, nuestras pymes perciben que su situación financiera es un impedimento para el acceso al crédito.
Las previsiones de los empresarios en relación a sus negocios y la economía en general nunca habían mostrado una preocupación tan alta en plazos muy cortos.
Al margen de esta encuesta y de forma general las empresas que demandan financiación tienen como elementos claves el coste, la rapidez en la respuesta y los plazos de vencimiento.
Solo en los plazos de vencimiento y algo en el coste es donde ahora se han flexibilizado las condiciones de las entidades. Pero son muy estrictas en relación a las garantías, por tanto, las empresas sin aval quedaran fuera.
En este escenario de bajos ingresos la mayoría de autónomos y pymes necesitan liquidez inmediata para cubrir sus necesidades de circulante.
Aunque las ayudas públicas eximen de determinados gastos, los salarios, el alquiler, los seguros, las compras y otros pagos corrientes son obligaciones que hay que atender para no crear un círculo de impagos en toda la cadena de suministro.
Diversificar la financiación es más importante que nunca. Es el momento de aprovechar el potencial de la financiación alternativa, que ofrece nuevas soluciones de liquidez para las pymes a través del capital de inversores particulares.
Aunque vivimos un momento difícil e imprevisible es más factible salir adelante con un servicio de calidad, donde los clientes se sientan seguros, y una estrategia financiera más diversificada.