Al margen de la versión institucionalista, a veces demasiado optimista, lo cierto es que al sector bancario aún le queda camino por recorrer para garantizar una estructura estable y solvente. La dependencia tan notoria de las pequeñas y medianas empresas (pymes) del crédito bancario ya no es sostenible y la banca no puede garantizar la financiación de la mayoría de ellas en condiciones óptimas. Por tanto, es imprescindible diversificar las fuentes de financiación y analizar las nuevas vías que permiten obtener recursos de forma ágil y más eficiente para no perder capacidad competitiva.
El reciente informe de la consultora PwC, “Unión bancaria, el precio de la estabilidad”, advierte de la puesta en marcha de nuevas regulaciones que pondrán aún en más aprietos la estabilidad de la banca, añadiendo que incluso pueden afectar a la viabilidad de algunas entidades a medio y largo plazo. Entre otras cosas, avanza una nueva normativa contable que obliga a revisar las provisiones por pérdidas de un modo más estricto que el actual. Además, se incorporarán nuevos requerimientos de volumen de capital y mayor control normativo y de conducta.
Las continuas exigencias a las que se ha visto sometido el sector bancario por parte de las autoridades monetarias europeas no son más que el reflejo de una auténtica preocupación por las malas prácticas y la falta de información en la operativa general del sector. Un hecho que ha condicionado los servicios y los costes indirectos que tenían que asumir las pymes en la relación con sus bancos.
¿Cómo diversificar las fuentes de financiación?
Siempre hay reticencias a los cambios. Salir de la comodidad que proporciona la costumbre de tratar con el banco de siempre puede ser un obstáculo para muchas pymes, pero el mercado es inclemente con las empresas más rígidas o con estrategias menos eficientes. Avanzar requiere el compromiso de buscar todas las fórmulas posibles para encontrar recursos de forma rápida y eficaz, sin comprometer el futuro de la compañía.
Estos son elementos clave para afrontar el proceso de diversificación de fuentes de financiación:
- Mejorar el nivel de formación financiera en productos y modalidades.
- Informarse sobre los canales de financiación más adecuados para cada necesidad.
- Seleccionar fuentes de financiación más estables, seguras y transparentes.
- Incrementar la capacidad de autofinanciación con los recursos y activos propios.
Todas estas acciones son complementarias y desarrollan en conjunto mejores hábitos para las finanzas de la pyme. En muchas ocasiones será posible evitar un endeudamiento innecesario al potenciar el rendimiento de los activos más líquidos, los derechos pendientes de cobro. Las facturas que aún no se han cobrado son un recurso muy útil para acceder a una financiación rápida, y más cuando se mantiene un control completo de los costes de la operación.
Es lo que pensamos en Circulantis, por eso ofrecemos una plataforma de financiación colectiva (crowdfactoring) donde cada pyme puede utilizar la garantía de sus derechos de cobro para lograr el anticipo del dinero de sus facturas. Una fórmula segura y transparente en la que es la pyme la que decide el tipo de interés que puede asumir por el anticipo, sin costes adicionales ni venta inducida de innecesarios productos accesorios que camuflan el coste real de la financiación obtenida en la banca.
Una ventaja muy significativa de este tipo de operativa es que la pyme se libera del trabajo y el tiempo que le supondrían todas las acciones necesarias para gestionar los cobros, sin riesgos ni retrasos. Todo ello dentro de un entorno online muy cómodo y accesible en cualquier momento en el que nosotros nos encargamos de todos los trámites y movimientos.
Un servicio práctico y útil para todos los negocios.