La habilidad para detectar y controlar los riesgos es una de las mejores cualidades que puede tener una empresa. Para los autónomos y pymes es especialmente importante controlar el riesgo comercial porque afecta directamente a las operaciones de venta, su vía principal de ingresos.
Para combatirlo es necesario agilizar la gestión de cobro y protegerse de la morosidad y las operaciones fallidas.
Los retrasos a la hora de cobrar también elevan el riesgo financiero por la pérdida de liquidez, un factor que lastra la capacidad operativa. En Circulantis, proponemos una alternativa diferente, el crowdfactoring, para enfrentarse a estas situaciones. Una fórmula novedosa para adelantar el cobro de las facturas con el soporte de la financiación colectiva.
La seguridad es una prioridad en las relaciones comerciales para que se pueda trabajar con confianza. Si no se cobra a tiempo tampoco se podrá pagar y se produce un efecto contagio que es muy peligroso para la economía y asfixia financieramente a muchos negocios.
Índice del artículo
– ¿Qué es el riesgo comercial?
– ¿Qué es un informe de riesgo comercial y qué debe contener?
– Tipos de riesgos comerciales
– El crowdfactoring para el anticipo de facturas
¿Qué es el riesgo comercial?
Cualquier empresa está expuesta a la incertidumbre del mercado:
- Cambios en los precios
- Demanda
- Competencia
- Normativa
Son aspectos que pueden obligar a revisar la estrategia.
El riesgo comercial es más específico y hace referencia a la posibilidad de sufrir una consecuencia adversa en alguna operación, siendo el suceso más grave que el comprador no pague.
Estas contingencias nacen principalmente del empleo del crédito comercial que permite a los clientes aplazar los pagos. Esto queda reflejado a efectos contables en las distintas cuentas de clientes que representan derechos de cobro a corto plazo (con más o menos garantías). Hay que revisar que su porcentaje en el activo no sea demasiado elevado porque no son valores seguros hasta que no se hacen efectivos.
La falta de pago puede ser una cuestión de hecho (por retrasos prolongados o discrepancias en el suministro) o de derecho (ante un deudor en quiebra o suspensión de pagos).
Para obtener mayor seguridad se puede contratar la cobertura que ofrecen las compañías aseguradoras de crédito y caución.
En todo caso, la información es un elemento clave para gestionar de forma profesional estas situaciones y una buena herramienta para ello es solicitar un informe de riesgo comercial para evaluar a algunos clientes o proveedores.
¿Qué es un informe de riesgo comercial y qué debe contener?
El informe de riesgo comercial es un documento que analiza la situación económica y financiera de una sociedad y emite una valoración (o rating) en relación a su compromiso y solvencia para hacer frente a sus deudas.
Según lo que se solicite el contenido puede ser más o menos detallado.
Se debe sustentar en datos económicos, financieros, comerciales o judiciales recopilados a través de distintas fuentes públicas y oficiales que garanticen la veracidad de la información:
- Boletín del registro mercantil
- Boletines oficiales o archivos de incidencias como el RAI (Registro de Aceptaciones Impagadas). Un buen indicador para comprobar si una compañía paga las deudas que reconoce.
El informe debe contener datos relevantes de la empresa analizada que sirvan de ayuda al solicitante para determinar si es viable iniciar o mantener una colaboración.
Entre ellos:
- Datos identificativos. Nombre o razón social, forma jurídica, estructura social (socios y administradores) o número de trabajadores.
- Valoración (rating). Se realiza una predicción de la probabilidad de impago y se califica en función de su riesgo comercial y financiero. Indica el grado de rentabilidad y solvencia y estima su capacidad de cumplimiento a corto plazo.
- Opinión de crédito. Expresa una recomendación sobre el crédito máximo que se le podría conceder. Siempre basada en datos objetivos.
- Actividad comercial e incidencias. Señala las incidencias de pago que haya tenido con sus clientes (basadas en registros como el RAI) o las discrepancias con proveedores, incluidas en ambos casos las judiciales. Se puede especificar su experiencia en el sector, las actividades que realiza o las operaciones de importación y exportación.
- Situación económica y financiera. Se muestran sus cuentas y su evolución: el volumen de negocio, el balance contable o la cuenta de resultados. Indica el grado de endeudamiento y su relevancia, el nivel de liquidez (cash-flow) y la composición de su patrimonio. Puede incorporar información bancaria de historial crediticio o si está incluida en el CIRBE (Central de Riesgos del Banco de España).
Tipos de riesgos comerciales
Una venta solo se completa cuando se cobra y en ese intervalo hay distintos elementos de incertidumbre. Además de las contingencias ya mencionadas hay otras situaciones que pueden implicar riesgos para culminar una operación de forma satisfactoria:
- Incumplimiento contractual. Un cambio o anulación total o parcial supone una pérdida de tiempo y dinero por los gastos ya acumulados, aún más si se contempla una reclamación judicial.
- Crédito a clientes. Al peligro de retrasos e insolvencias se suma el poder negociador de algunas compañías para imponer plazos de pago más largos que debilitan la estabilidad financiera de las más pequeñas.
- Discrepancias con el suministro. Puede haber retrasos, errores en el envío, material de mala calidad o facturas incorrectas. Todo esto es motivo de reclamaciones, devoluciones, gastos de gestión y, en definitiva, incremento del tiempo de espera hasta poder cobrar. Es importante contar con buenos proveedores y una logística eficaz.
- Financiación y garantías. A veces hace falta pedir financiación para preparar un pedido o para ofrecer garantías adicionales al cliente. Es un coste extra que hay que valorar, de consecuencias más dañinas si la operación resulta fallida.
Hablamos de circunstancias que pueden afectar a cualquier negocio y por eso es importante dejar todo bien atado y atender de forma adecuada todas las fases del proceso de venta.
El crowdfactoring para el anticipo de facturas
Conceder aplazamientos en los pagos es algo habitual y no resulta un problema cuando se cuenta con buenos clientes y la operación está bien documentada con títulos como los pagarés. El descuento de pagarés es una solución financiera sencilla y práctica para anticipar el dinero pendiente de una factura sin complicaciones.
En Circulantis tenemos el compromiso de ofrecer esta modalidad de financiación de forma diferente. Sabemos que ciertos servicios deben ser ágiles y accesibles, y la metodología del crowdfactoring cumple con ese objetivo.
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