La capacidad de innovar es el recurso más importante que tienen las pymes para afrontar el futuro con confianza. Es una realidad totalmente aceptada. Ya no llega con hacer lo de siempre porque las tendencias y necesidades van cambiando, y la globalización y el negocio online permiten muchas más opciones de encontrar el mismo producto más rápido o más barato.
La tecnología y la creatividad son las herramientas más poderosas para impulsar la innovación. Las posibilidades se redescubren cada día: rediseñar un producto para hacerlo más útil y atractivo, nuevas fórmulas de atención al cliente para mejorar sus sensaciones o impulsar valores y estrategias de comunicación que pongan a una organización en la vanguardia de su sector.
Y aún hay una ventaja más para apostar por la innovación. En un país como España donde la carga fiscal que soportan las pymes es muy elevada el hecho de que todavía se mantengan las bonificaciones por inversión en investigación e innovación es el mejor indicativo de la gran importancia que se le concede a este camino para mejorar la economía.
Mientras esto siga así hay que aprovecharlo. Por eso es importante que todas las pymes sepan que pueden recuperar hasta el 59%, según los casos, de los gastos que destinan a proyectos innovadores, lo que supondría un efecto muy positivo en su carga fiscal, además de estar apostando por una transformación muy ventajosa a medio y largo plazo.
¿Qué frena la innovación?
Todas las pymes son conscientes de lo valioso que resulta ser más creativos y diferenciarse de la competencia. Conocer las ventajas fiscales es un gran aliciente para impulsar la innovación pero, según las encuestas, hay otros elementos que frenan a las pymes:
- La falta de recursos humanos cualificados.
- El coste de acceder a servicios de consultoría especializados.
- Escasez de recursos económicos para poner en marcha ideas y planes.
- La inseguridad jurídica para justificar estos gastos en el impuesto de sociedades.
Son causas comprensibles pero detrás de todo esto juega un papel muy importante el temor a los cambios o un posible fracaso, sin contar con la presunción errónea de que hacen falta grandes inversiones para lograr resultados óptimos.
La voluntad de involucrarse en la idea de mejorar ya es algo esencial y para ello lo mejor es comprometerse con pequeños avances cada día. Una de las mejores maneras de empezar es escuchar a los empleados, clientes o proveedores que siempre pueden orientar sobre todos los puntos mejorables del negocio. El paso siguiente es aprovechar todos los recursos a mano.
¿Cómo mejorar los recursos financieros sin endeudarse?
La falta de recursos financieros es una de las limitaciones más serias para afrontar proyectos innovadores. Para obtener liquidez sin endeudarse la solución más rápida y sencilla está en el descuento comercial. Este medio permite aprovechar los activos más seguros a corto plazo para transformarlos en efectivo inmediato.
Estos activos son las facturas pendientes de cobro de las ventas a plazo. Algunas pymes deciden mantenerlas en reserva a la espera de ser cobradas. Esta decisión supone una pérdida potencial: el coste de oportunidad. Cada día que pasa con ese dinero parado reduce las oportunidades de negocio o, como este caso, limita los proyectos de innovación y crecimiento.
Gracias a los modelos de inversión colectiva de crowdlending las pymes pueden acceder al anticipo de facturas de un modo diferente al tradicional, con menos condicionantes y obligaciones. En Circulantis somos especialistas en este servicio (crowdfactoring), creando una plataforma participativa para pymes e inversores destinada a negociar del modo más eficiente y transparente los anticipos de facturas.
Innovar también es cambiar la forma de invertir y financiarse. Un paso más para ir cambiando los viejos modelos y fomentar nuevas fórmulas que promuevan un mayor beneficio colectivo apoyado en la economía real.